La
sustentabilidad de México es posiblemente el mayor desafío que enfrenta nuestro
país hoy en día. Ante un panorama de degradación ambiental poco alentador y con
situaciones tales como la escasez del agua, la pérdida de la biodiversidad, de
los bosques y las selvas, y la contaminación, entre muchos otros problemas, se
hace evidente la necesidad de lograr una ciudadanía que tenga las competencias
para enfrentar estos retos y encontrar soluciones.
Hoy
en día es notable el avance del conocimiento científico y el desarrollo de las
tecnologías de la información y de la comunicación, es por esto que se ha hecho
cada vez mayor el llamado de los educadores ambientales para que estas
herramientas se conviertan en su principal aliado y se logre una sinergia de
los distintos sectores para impulsar la educación para la sustentabilidad
dirigida a los niños, a los jóvenes, a los maestros, a las madres y padres de
familia, a los tomadores de decisiones, a los agricultores, a los
empresarios...
Capítulo 1 Educación ambiental para la sustentabilidad: consideraciones conceptuales y prácticas para su futuro
Los
patrones actuales de producción y consumo son insostenibles y han tenido como
consecuencia la profundización y ampliación de la pobreza y la destrucción de
los ecosistemas.
El
crecimiento de la actividad humana extractiva y contaminante ha rebasado la
capacidad de carga de muchos ecosistemas. Al respecto, se advierte que sin
reducciones significativas en los flujos de materiales y energía, habrá en las
décadas venideras una incontrolada disminución per cápita de la producción de alimentos,
el uso energético y la producción industrial.
Esa
disminución no es inevitable, siempre y cuando se den:
a) una revisión global de las políticas y
prácticas que perpetúan el crecimiento del consumo material y de la población.
b) un
incremento rápido y drástico de la eficiencia con la que se utilizan los
materiales y las energías.
Una
sociedad sostenible es aún técnica y económicamente posible. La transición
hacia ella requiere un cuidadoso equilibrio entre objetivos a corto y largo
plazos, y un énfasis mayor en la suficiencia, equidad y calidad de vida, que en
la cantidad de la producción. Este cambio exige más que productividad y
tecnología; requiere también madurez, compasión y sabiduría.
Los
educadores ambientales deben considerar las dimensiones siguientes (además de otras
que serán abordadas en un apartado posterior):
a)
ecológica, se relaciona con la preocupación por los ecosistemas y la garantía
de mantener en el largo plazo la base material en la que se sustentan las
sociedades humanas.
b)
Económica, que implica asegurar tanto las oportunidades laborales, en un
contexto de equidad, para los miembros de una sociedad, como el flujo de bienes
y servicios que satisfagan las necesidades definidas por ésta; c) política, que
se refiere, en términos de Guimaraes (1994), en el plano micro, a la
democratización de la sociedad, y en el plano macro, a la democratización del
Estado, y a la necesidad de construir ciudadanía y buscar garantizar la
incorporación plena de las personas a los procesos de desarrollo.
Una
norma, de la jerarquía que sea, vive si se conoce, si se sabe cuál es su
contenido y su alcance, si se interpreta, si se obedece y si se cumple con sus
postulados. Lo que hace vivir a la norma es la forma como sus destinatarios la
conciben, y no quienes la elaboran, y esto no es posible sin la educación. Se
trata, sin duda, de un proceso complejo, donde el objeto de la norma se alcanza
a mediante la vinculación entre factores que trascienden la escala personal y
llegan hasta la social y universal. Es aceptar la orden para lograr el orden
social.
La
Ley General de Educación, en su artículo 7, fracción XI, dispone como fines de
la educación, entre otros: “inculcar los conceptos y principios fundamentales de
la ciencia ambiental, el desarrollo sustentable, así como de la valoración de
la protección y conservación del medio ambiente como elementos esenciales para el
desenvolvimiento armónico del individuo y la sociedad.” En el artículo 48, párrafo
tercero, establece que: “Las autoridades educativas locales propondrán para
consideración y, en su caso, autorización de la Secretaría, contenidos
regionales que, sin mengua del carácter nacional de los planes y programas
citados, permitan que los educandos adquieran un mejor conocimiento de la
historia, la geografía, las costumbres, las tradiciones, los ecosistemas y
demás aspectos propios de la entidad y municipios respectivos.”
Finalmente,
el Artículo 32 bis, establece las atribuciones de la Semarnat y señala que a
ésta le corresponde, entre otras cosas: coordinar, concertar y ejecutar proyectos
de formación, capacitación y actualización para mejorar la capacidad de gestión
ambiental y el uso sustentable de recursos naturales; estimular que las instituciones
de educación superior y los centros de investigación realicen programas de
formación de especialistas, proporcionen conocimientos ambientales e impulsen
la investigación científica en la materia; impulsar que los organismos de
promoción de la cultura y los medios de comunicación social contribuyan a la
formación de actitudes y valores de protección ambiental y de conservación de
nuestro patrimonio natural; y en coordinación con la SEP.
La
educación ambiental para la sustentabilidad, pensada en el marco de los
términos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, debe
considerar la distribución de las competencias que en materia de educación y de
desarrollo sustentable corresponden a la Federación, los estados, el Distrito Federal
y los municipios, lo cual que implica:
·
Garantizar a todo individuo la educación
ambiental para la sustentabilidad, conforme al artículo 2º; y también a los
pueblos y comunidades indígenas, con el fin de conservar y mejorar el hábitat y
preservar la integridad de sus tierras.
· Garantizar que la EAS, a través de sus
diferentes modalidades, contribuya al desarrollo sustentable por medio de
procesos de información, comunicación, capacitación y la participación
organizada de las personas, para llevar a cabo las acciones relativas a la
protección del ambiente, la conservación y restauración de los ecosistemas, así como en la prevención y combate contra la
contaminación, en forma individual o
colectiva.
· · Regular que la educación ambiental para la
sustentabilidad se incluya en los diversos niveles que conforman el sistema
educativo nacional, para contribuir a que los educandos construyan
conocimientos, formen valores, adquieran actitudes y habilidades y actúen para
el mejoramiento del ambiente y eleven su calidad de vida y la de su comunidad.
· · Formular, establecer y aplicar la Política
Nacional de Educación Ambiental para la sustentabilidad y sus instrumentos, de
manera que sean compatibles con la protección, preservación, restauración y
aprovechamiento sustentable de la biodiversidad y los ecosistemas, con
criterios de democracia, equidad y justicia social.
· · Definir las atribuciones que en materia de
educación ambiental para la sustentabilidad corresponden a la Federación, los
estados, el Distrito Federal y los municipios, bajo el principio de
concurrencia previsto en el artículo 73 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, así como establecer las disposiciones que serán
consideradas por los gobiernos locales en la regulación de las distintas formas
de EAS que conforme a la Ley sean de su competencia.
· · Establecer los mecanismos y procedimientos
de coordinación, inducción y concertación entre autoridades, entre éstas y los
sectores social y privado, así como con personas y grupos sociales, en materia
de EAS.
· · Fortalecer y promover la investigación
educativa y el desarrollo científico, así como la innovación tecnológica, en
materia ambiental.
· · Regular la comunicación educativa para la
sustentabilidad, la difusión y divulgación de información de contenidos ambientales
en apoyo a los programas previstos.
Capítulo 3 Educación Básica
La
Secretaría de Educación Pública (SEP) se propuso desde la década de los años 70
como una de sus metas prioritarias el fortalecimiento de diversas acciones
trascendentales para promover la apreciación, el conocimiento y la conservación
del ambiente, tanto en la educación básica (preescolar, primaria y secundaria),
como en los programas de formación inicial y permanente de los docentes,
iniciados con la reforma educativa de 1993. Lo anterior ha tenido continuidad y
en el Plan Nacional de Educación 2001-2006 se establece, dada la situación
ambiental y los retos que ella implica, una línea de acción orientada a
“fortalecer la educación ambiental en el currículo de la educación básica,
reconociendo su valor en la formación de individuos que responsablemente apoyen
el desarrollo sustentable”
PREESCOLAR: Material
para actividades y juegos educativos y Guía para madres y padres. El primero
contiene actividades, como la clasificación de hojas de plantas, la observación
de animales y plantas de diversos paisajes de México, la descripción de cambios
en la naturaleza (fases de la luna y estaciones del año) y el conocimiento de
algunas características del ciclo de vida de ciertos animales. La guía, por otra
parte, incluye orientaciones para el uso apropiado del material en el ámbito
familiar. El nuevo plan y programa de educación preescolar (2004) ha reforzado
los contenidos ambientales y se espera que la SEP elabore materiales didácticos
para los alumnos y docentes.
PRIMARIA: Plan
y programas de las asignaturas, libros de texto gratuitos para los alumnos y
libros para el maestro correspondientes a los seis grados escolares (a
excepción del libro para el maestro de segundo grado).
El
plan y programas, entre sus propósitos esenciales, indica que los alumnos:
a)
Adquieran conocimientos fundamentales para comprender los fenómenos naturales,
en particular los relacionados con la preservación de la salud, la protección
del ambiente y el uso racional de los recursos naturales
b)
Perciban el ambiente como un patrimonio colectivo formado por elementos que se
degradan o reducen por el uso irreflexivo y descuidado
c)
Comprendan que el progreso material es compatible con el uso racional de los
ecosistemas y del ambiente, pero con procesos de prevención y corrección de los
efectos destructivos de la actividad humana
d)
reflexionen acerca de la importancia de las conductas individuales y la
organización de los grupos sociales en la protección ambiental
SECUNDARIA: Este
nivel educativo cuenta con un plan y programas, así como con libros de texto y
para el maestro de las diversas asignaturas, en los que la estrategia de
educación ambiental se concentra en las materias de biología, de primero y
segundo grados, y de formación cívica y ética en los tres grados. Dos
asignaturas que relacionan algunos de sus contenidos con temas ambientales son
geografía y química.
Los
principales contenidos ambientales en la asignatura de biología son:
características de los ecosistemas, pérdida de la biodiversidad, conservación
ambiental, consecuencias de la actividad humana, acciones para prevenir
problemas ambientales y responsabilidad de los estudiantes hacia la vida. En
todos ellos se pretende que el alumno reflexione y plantee soluciones, de
acuerdo con su contexto, desarrollo y posibilidades.
Por
otro lado, la SEP ha seleccionado, coeditado, diseñado y producido materiales
audiovisuales e impresos relacionados con la educación ambiental que pueden ser
consultados en cualquier centro de maestros. Otros materiales educativos que,
además de apoyar el trabajo de los profesores y fortalecer el estudio de estos
contenidos, contribuyen a que el aprendizaje se torne más atractivo e
interesante, lo constituyen los títulos de la colección Libros del Rincón. Esta
colección se ha ampliado de manera significativa con las bibliotecas de aula,
cuya primera distribución se realizó en 2003.
Capítulo 4 Educación Media Superior
La
incorporación de la educación ambiental para la sustentabilidad en los planes y
programas de estudio ha sido un proceso gradual que se relaciona con tres
ámbitos principalmente: legislativo, administrativo y de planeación, a partir
de los cuales puede plantearse la política ambiental en México.
En
el marco de las recomendaciones del Programa para Alcanzar la Modernización
Educativa
1989-1994 se estableció una serie de estrategias para incorporar la educación
ambiental en los planes y programas de estudio de los diferentes sistemas y
subsistemas de este nivel educativo. Con ellas se buscaba enfrentar las
resistencias al interior de cada una de las estructuras académicas, y modificar
las inercias, la organización, las costumbres, y los valores asociados con el
espacio institución.
El
proceso y los mecanismos de incorporación de la educación ambiental en las
instituciones educativas del nivel medio superior en nuestro país, durante el
decenio 1988-1998, constituyen un referente concreto para realizar un balance
de los avances de la educación ambiental en este nivel. Durante este lapso se
llevaron a cabo en el citado ámbito escolar numerosas actividades de carácter
curricular y extracurricular orientadas a proporcionar soporte a las diferentes
estrategias definidas para fortalecer la educación ambiental, entre estas
acciones destacan:
a)
Programas de formación docente, dirigidos a los profesores encargados de los
programas de estudio de las diferentes asignaturas relacionadas con la temática
ambiental.
b)
Cursos de formación sobre los modelos pedagógicos y las teorías psicológicas
compatibles con los presupuestos metodológicos de la educación ambiental.
c)
Investigaciones para evaluar la calidad de la práctica educativa en el marco de
los objetivos de la educación ambiental.
d)
El análisis de los resultados de los programas de profesionalización docente.
e)
La elaboración de materiales didácticos relacionados con las necesidades de los
planes y programas de estudio.
f)
La producción de bibliografía relacionada con la temática ambiental desde un
punto de vista integral.
g)
El diseño de programas y acciones extracurriculares, para educativas o de
extensión universitaria destinadas a mejorar el entorno ambiental comunitario.
h)
Cursos de capacitación sobre gestión ambiental y acceso a la información.
CAPÍTULO 5 EDUCACIÓN SUPERIOR
En
este apartado se aborda el análisis de algunos rasgos indicativos de las
respuestas del sistema de educación superior (SES) a las exigencias ambientales
del país. La educación ambiental para la sustentabilidad, como orientadora del
quehacer educativo, en la perspectiva de una nueva cultura en distintos ámbitos
de la sociedad, adquiere un doble significado en el contexto de la educación
superior.
En
un sentido restringido, alude a la tarea de enseñanza, esto es, a los procesos
de formación ambiental2 realizados en los diferentes niveles, modalidades y
áreas profesionales del sistema, pero en un sentido amplio, incluye además lo
relativo a la tarea de investigación, o sea, a los procesos de generación de
conocimientos en sus distintos alcances (básico, aplicado y de desarrollo e
innovación tecnológica) en las distintas áreas y ramas del saber. De igual
manera, se incluyen las tareas de divulgación, difusión y extensión de la
cultura. En este documento partimos de la perspectiva de la educación ambiental
para la sustentabilidad en un sentido amplio, a fin de abordar las diferentes y
múltiples aristas constitutivas de las instituciones de educación superior
(IES).
El
sistema de educación superior incluye universidades, universidades públicas
autónomas,
universidades tecnológicas, universidades politécnicas, institutos
tecnológicos, instituciones de investigación y posgrado, escuelas para la
formación de maestros (normales), así como las escuelas superiores del ejército
y la marina. Ofrecen los niveles de estudios de técnico superior universitario,
profesional asociado, licenciatura, especialidad, maestría y doctorado y varias
instituciones ofrecen también el nivel medio superior. Si bien las escuelas
normales se reconocen como parte del nivel superior, éstas siguen asociadas
fundamentalmente al subsistema de educación básica, relacionándose
limitadamente con la educación superior.
El
sistema se encuentra organizado en seis subsistemas (ANUIES, 2000):
1) Subsistema de Universidades Públicas.
Conformado por 45 instituciones de carácter federal y estatal, en su mayoría
autónomas. Estas instituciones atienden a 52 por ciento del total nacional de
licenciatura y a 48 por ciento de posgrado, y es donde se realiza al menos la
mitad de la investigación nacional.
2) Subsistema de
Educación Tecnológica. Está conformado por 104 institutos tecnológicos
federales y 105 estatales y seis centros especializados en investigación y
desarrollo tecnológico (De la Peña, 2005). Éstos atienden a 19 por ciento de
estudiantes de licenciatura y a ocho por ciento de posgrado. Entre las
universidades públicas y los institutos tecnológicos se atienden casi a 80 por
ciento de la matrícula escolar y más de la mitad del posgrado en el ámbito
nacional, por lo que se considera a este segmento de instituciones el más
importante dentro del gran conglomerado de la educación superior.
3) Subsistema de
universidades tecnológicas. Es una modalidad de reciente aparición (1991) que
ha presentado un crecimiento acelerado; al año 2000 cuenta con 38 instituciones
en toda la República y atiende a uno por ciento de la matrícula.
4) Subsistema de Educación Normal. Donde
prioritariamente se forman a los profesores para el nivel de educación básica
(preescolar, primaria y secundaria). Está integrada por 357 instituciones,
entre públicas (220) y privadas (137), y atiende a 11.5 por ciento de la
matrícula nacional de licenciatura.
5) Subsistema de otras instituciones públicas, en donde
se agrupan 67 instituciones que dependen del gobierno federal.
6) Subsistema de Instituciones Privadas. Formado por
976 instituciones, 306 universidades, 256 institutos y 434 centros, escuelas y
otras modalidades. Atiende a 27.6 por ciento de la matrícula en licenciatura y
36.5 del posgrado (ANUIES, 2000 y SEP, 2004).
CAPITULO 6 LA INVESTIGACIÓN EN
EDUCACIÓN AMBIENTAL
En
nuestro país, a pesar de su crecimiento, la investigación en educación
ambiental (IEA) presenta diversos problemas y rezagos, como procesos de
producción no delimitados, trastrocamiento entre la práctica y la
investigación, difusión limitada de los resultados y productos, falta de
reconocimiento social, inexistencia de una estrategia de formación que acredite
a los investigadores de este campo, en el marco de un amplio debate respecto de
su necesidad, pertinencia, identidad, perspectivas, objetivos,
metodologías, entre otros. Sin embargo, los logros alcanzados se han
constituido como un elemento central para la consolidación del campo de la
educación ambiental. Si bien el camino de la IEA ha sido largo, hoy día se
reconocen avances notables, por lo que su inclusión en la Estrategia de
educación ambiental para la sustentabilidad resulta relevante.
La
complejidad de la IEA no es producto sólo de situaciones internas; también
refleja lo sucedido en el campo más amplio de la educación ambiental, tema
abordado en el marco teórico del presente documento. En este sentido, el debate
conceptual, político, paradigmático y práctico de la educación ambiental
enmarca el sentido y la orientación de la propia investigación, al definir los
temas a investigar, enfoques, prioridades, metodologías y resultados en un
proceso continuo, característico de la dinámica educativa.
La
noción de investigación dominante es la que se liga al “conocimiento
científico”, es decir, asociada con el uso del “método científico”. Noción que
se generó en el ámbito de la ciencia biofísica de tipo positivista. Sin
embargo, este concepto se ha generalizado inadecuadamente a toda actividad
científica. En la investigación social existen otros paradigmas reconocidos que
se distancian de esta concepción, como el interpretativo y el crítico.
Los
avances en la investigación registrados desde 1992 a la fecha se reflejan en
cinco estados de conocimiento. Uno de ellos da cuenta de ciertas bases para
continuar con la consolidación del campo, pues se refiere a la identificación y
análisis del tipo de investigaciones y publicaciones, así como el contexto
institucional de la producción; analiza también los temas investigados, las
concepciones y las metodologías empleadas y su evolución; la relación con los
problemas educativos del país, y el impacto de las investigaciones en la
educación nacional.
CAPÍTULO 7 EDUCACIÓN AMBIENTAL NO
FORMAL URBANA
La
educación ambiental no formal urbana, constituye una de las modalidades
de este campo pedagógico que ha tenido un mayor crecimiento en los últimos
años, lo cual es resultado de diversos factores, entre los que destacan:
· El aumento de los problemas ambientales en
las zonas urbanas
· · Un mayor acceso a la información en los
medios de comunicación, que atienden preferentemente los problemas urbanos,
salvo en casos de contingencia ambiental
· · El aumento del interés y la participación
social en materia ambiental
· · El fortalecimiento de las capacidades de los
gobiernos de las ciudades para la gestión ambiental en general, y en particular
para la educación ambiental
· · El aumento de la infraestructura para la
educación ambiental no formal
· · El establecimiento de programas de educación
ambiental impulsados por los tres niveles de gobierno, instituciones
académicas, organizaciones civiles e individuos
· · El desarrollo de programas de formación de
educadores ambientales
· · La incorporación de la dimensión ambiental
en la curricular de los distintos niveles de escolaridad, lo cual demanda más
servicios educativos no formales para el complemento de su labor.
Como
consecuencia de estos factores, en la actualidad se observa una oferta
creciente de proyectos de educación ambiental urbana, que no obstante su
diversidad presenta interesantes coincidencias en cuanto a los problemas
ambientales atendidos y los enfoques prevalecientes.
Se
carece de un inventario completo de programas y proyectos de educación
ambiental no formal del país. Si bien el conocimiento sobre este ámbito es
mayor, en comparación con lo que sucede en el medio rural.
La
continuidad de los proyectos, la evaluación y la sistematización de las
experiencias son las principales debilidades de esta modalidad educativa.
Aunque hay que reconocer que las aportaciones de la educación ambiental no
formal han sido con frecuencia de mayor valor innovador que las planteadas en
la educación escolarizada, inmersa en las limitaciones del sistema educativo
nacional.
Las
fechas que se conmemoran con mayor frecuencia en México, con las adecuaciones
inherentes a las características ecológicas derivadas de la ubicación de los
centros urbanos en las distintas regiones del país, son:
· Día
Internacional de los Humedales. 2 de febrero.
· Día
Mundial del Agua. 22 de marzo.
· Día
de la Tierra. 22 de abril.
· Día
Mundial del Medio Ambiente. 5 de junio.
· Día
Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía. 17 de junio.
· Día
del Árbol. 2do. jueves de julio.
· Día
Mundial del Hábitat. 1º de octubre.
· Día
Nacional de la Conservación. 27 de noviembre
El
calendario cívico y vacacional hace que prácticamente pase inadvertida la
celebración de algunas fechas, como el Día Mundial de la Preservación de la
Capa de Ozono, que se conmemora el 16 de septiembre o el Día Mundial de la
Diversidad
Biológica, que se celebra el 29 de diciembre.
CAPÍTULO 8 EDUCACIÓN AMBIENTAL NO
FORMAL RURAL
La
EANFMR no es una forma de organizar la enseñanza que sea homogénea en sus
enfoques y propuestas operativas, a excepción de compartir la misión general de
educar para el cuidado de la naturaleza y de hacerlo de manera desescolarizada.
La
EANFMR es una modalidad que comprende todos los esfuerzos sistemáticos de
sensibilización, formación y capacitación ambiental relacionados con las
actividades de los habitantes rurales en sus espacios cotidianos. De manera
complementaria, la EANFMR incluye los programas que tienen como fin educar
ambientalmente a la población, escolar y no escolar, para el cuidado de la
naturaleza, conviviendo con ella en experiencias educativas. En ese sentido, la EANFMR
comprende los planes, programas y proyectos que se realizan en centros
culturales ambientales.
CAPÍTULO 9 DIVULGACIÓN DE LA
CIENCIA, COMUNICACIÓN, PERIODISMO AMBIENTALES.
Se
reconoce que la educación ambiental tiene un carácter interdisciplinario e
integrador que permite comprender las complejas relaciones entre las sociedades
y los sistemas naturales. Para ello los conocimientos generados desde ciencias
como la ecología tienen mucho que aportar a la construcción de visiones más
complejas sobre la dependencia de las sociedades humanas a los bienes y
servicios brindados por los ecosistemas. Una relación más estrecha entre la
educación ambiental y la ecología ayudaría a los grupos humanos a tomar
decisiones con respecto al uso de sus territorios, considerando el entendimiento
sobre la historia evolutiva de los terrenos, y sobre la estructura y
funcionamiento de los sistemas ecológicos, factores que al ignorarse han
contribuido al deterioro ambiental en muchas regiones del mundo.
Como
actividad humana, la ciencia siempre ha tenido como objetivo central la
construcción de conocimientos útiles para la sociedad. La búsqueda de
explicaciones sobre el universo se basa en el interés de brindar elementos a
las sociedades para una comprensión más amplia de nuestra presencia en él,
además de brindar información práctica para nuestra sobrevivencia cotidiana en
este planeta. Conocer los sistemas naturales, de los cuales depende nuestra
existencia, ha sido una necesidad continua de los grupos humanos. El origen de
las ciencias como la ecología no es sino la continuidad de los esfuerzos
humanos por entender la presencia de las muchas otras especies habitando el
planeta y del complejo funcionamiento de los sistemas naturales.
CAPÍTULO 10 MISIÓN, VISIÓN Y OBJETIVOS
ESTRATÉGICOS.
MISIÓN
Desarrollar
políticas públicas en materia de educación ambiental para la sustentabilidad,
tanto en el plano nacional como local, que favorezcan la construcción de una
cultura ambiental, el incremento en la calidad de vida de la población, el
fortalecimiento de la ciudadanía y de las múltiples identidades culturales del
país, y la protección de los ecosistemas y su biodiversidad.
VALORES
La
misión tiene sentido en el marco de una ética ambiental que considera un
repertorio de valores humanos, entre los que destacan los siguientes, sin
menoscabo de otros que aporten a la sustentabilidad:
·
· · Respeto a la vida en todas sus
manifestaciones, especies y ciclos naturales.
· · Equidad y solidaridad (justicia social y
económica, corresponsabilidad, compromiso con los pobres).
· · Respeto a la diversidad humana (tolerancia a
las diferencias, colaboración, observancia de los derechos humanos).
VISIÓN
La
educación ambiental para la sustentabilidad es una política pública, construida
con amplia participación social, en los ámbitos de gobierno federal, estatal y
municipal, que se manifiesta de manera transversal en los quehaceres sociales y
es un elemento estratégico en el Plan Nacional de Desarrollo, en el Programa
Nacional de Educación y en el de Medio Ambiente, así como en los programas
sectoriales nacionales y estatales, en especial los de medio ambiente,
educación y desarrollo.
OBJETIVOS ESTRATÉGICOS
Se
consideran los siguientes objetivos estratégicos, los cuales tienen su sentido
en la misión y procuran, por lo tanto, contribuir a su cumplimiento:
1.
Consolidar la educación ambiental para la sustentabilidad como una política
pública fundamentada en una legislación, tanto específica, como transversal, a
otros campos relacionados; en una institucionalidad sólida, gubernamental y
civil; y en recursos financieros significativos para la realización de
programas y proyectos relevantes que tengan como fin la construcción de una
cultura ambiental en el país.
2.
Conformar una amplia oferta de formación ambiental que permita al país y a sus
distintas regiones contar con docentes, educadores y promotores ambientales y
recursos humanos estratégicos y operativos, profesionalizados, capaces de
responder a las demandas que en materia de EAS plantee la construcción de la
sustentabilidad y de una ciudadanía crítica, propositiva y activa en los
ámbitos nacional, estatal, municipal y local.
3.
Contar con marcos jurídicos e instituciones nacionales, regionales y locales
responsables del desarrollo de la educación ambiental para la sustentabilidad,
y con mecanismos de concertación, coordinación y cooperación
interinstitucionales e intersectoriales capaces de operar las políticas
públicas definidas en este campo educativo.
4.
Consolidar el campo de conocimiento en materia de EAS a través de programas de
sistematización y evaluación de las prácticas, de impulso a las innovaciones
educativas, de formación de investigadores, de mecanismos de articulación,
comunicación, difusión e intercambio de experiencias entre los educadores y promotores
ambientales.
CAPÍTULO
11 Análisis de las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de la
educación ambiental para la sustentabilidad.
Cabe
destacar al respecto que las ideas contenidas en este análisis se han
organizado, con las limitaciones que esto implica, en función de los asuntos
estratégicos definidos como ejes para esta Estrategia. Los documentos
revisados, los foros de consulta y las opiniones de los expertos señalan,
obviamente, otras muchas fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas en
el campo de la educación ambiental para la sustentabilidad, pero aquí se han
incluido solamente aquellas que abonan de manera directa a darle contexto a las
propuestas que componen las líneas de acción, las metas y las acciones
cruciales.
FORTALEZAS
El
incremento, en las últimas décadas, en la visibilidad y el reconocimiento
social de la EAS. La intención de la comunidad de educadores y comunicadores
ambientales por generar una política nacional de EAS. El sostenido crecimiento
teórico y práctico del campo en el país. La experiencia acumulada en las
campañas nacionales y locales a favor del ambiente. La existencia de instancias
civiles y gubernamentales y de centros de educación y cultura ambiental, que
han venido enriqueciendo la EAS. El desarrollo de experiencias de EAS
vinculadas con el manejo de áreas naturales protegidas. La realización de
relevantes reuniones de carácter nacional e internacional vinculadas a la EA y
a la sustentabilidad
OPORTUNIDADES
El
establecimiento del Decenio de las Naciones Unidas para la Educación con miras
al Desarrollo Sustentable; la realización de eventos internacionales y la firma
del Compromiso Nacional por la Década de la Educación para el Desarrollo
Sustentable, lo cual apuntala a la EAS. La inclusión (aunque insuficiente) que
la Ley de Educación y la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al
Ambiente otorgan a la EAS. El Plan Nacional de Educación 2001-2006 establece el
fortalecimiento de la EAS. La necesidad nacional por encontrar fórmulas de
innovación metodológica y pedagógica. El incremento en la preocupación social por
el tema de deterioro ambiental en el país. La inclusión de la dimensión
ambiental en las plataformas de los partidos políticos. La preocupación de
distintos actores sociales, entre ellos las Instituciones de Educación Superior
(IES), por generar modelos de comunidades sustentables.
DEBILIDADES
En
el contexto de las políticas educativas nacionales, la EAS no es un campo
prioritario. Insuficientes acuerdos nacionales y locales que fortalezcan la
EAS. Débil visión a largo plazo para el desarrollo del campo de la EAS.
Frágiles vínculos entre los programas de educación ambiental y las necesidades
más urgentes de los sectores más pobres del país. Orientaciones teóricas
erróneas, sesgos discursivos, y proliferación de mensajes simplistas separados
de prácticas o procesos formativos. Carencia de un inventario analítico
completo y actualizado de las experiencias de EA en el país. La visión
superficial, acrítica, apolítica y atrapada en el conservacionismo que aparece
con frecuencia en el desarrollo de experiencias de EAS. Es decir, la limitada
incorporación de temas que impliquen el combate de la pobreza y el desarrollo
social y económico, en algunos de los proyectos de educación ambiental
AMENAZAS
La
permanencia de débiles propuestas políticas y económicas que permitan la
incorporación de criterios de sustentabilidad para lograr la transformación del
modelo de desarrollo predominante. La persistencia de una visión
asistencialista de los programas de combate a la pobreza y de una visión
economicista del desarrollo, que impiden el establecimiento de programas y
proyectos que impulsen el desarrollo humano sustentable. Arraigo de los valores
sociales y culturales contrarios a la sustentabilidad. Permanencia de la
propensión a reducir lo ambiental a lo ecológico. La profundización de la
inequidad en la relación ciudad-campo, la cual continúa impidiendo la
construcción de modelos de desarrollo regionales sustentables que atiendan las
necesidades de ambos espacios. Predomino de los intereses económicos
mercantilistas y trasnacionales frente a los intereses ambientales de beneficio
local.
CAPÍTULO 12 OPERACIÓN DE LA ESTRATEGIA
DE EDUCACIÓN AMBIENTAL PARA LA SUSTENTABILIDAD EN MÉXICO.
Para
el establecimiento y consecución de la misión, los objetivos y las metas de la
Estrategia de educación ambiental para la sustentabilidad en México es
necesario considerar algunos puntos de partida que establecen los acuerdos
básicos de operación, derivados del proceso de consulta a la comunidad de
educadores ambientales en el país.
La
instrumentación de la Estrategia de educación ambiental para la sustentabilidad
en
México debe considerarse dentro de las siguientes condiciones marco:
1.
El impulso de la EAS como una política pública involucra y convoca a todos los
sectores del país, por lo que tal política nacional debe interiorizarse en
todas las instituciones gubernamentales e interpelar a todos los sectores sociales.
2.
La instrumentación de la Estrategia reconoce la madurez y la capacidad de
autogestión de la comunidad de las y los educadores ambientales del país, por
lo que se invita a asumir una actitud de corresponsabilidad entre gobierno y
sociedad.
3.
Uno de los planteamientos centrales de la Estrategia es que su operación no
esté ceñida a un solo órgano o institución, pues lo que se persigue es una
abierta cooperación y coordinación social para contribuir a la consolidación
del campo, en tal el sentido no caben exclusivos protagonismos gubernamentales
o civiles.
4.
La ejecución de la Estrategia implica el fortalecimiento de los actores
sociales que realizan acciones de educación ambiental para la sustentabilidad,
en tal sentido resultaría muy importante la creación de una instancia nacional
con capacidad técnica y política que convoque y oriente a dichos actores para
el diseño y puesta en práctica de las políticas públicas y los asuntos
estratégicos prioritarios para la EAS en el país, en el marco del Decenio de
las Naciones Unidas para la Educación con miras al Desarrollo Sostenible.
5.
Las principales instituciones gubernamentales involucradas en la ejecución de
esta Estrategia son la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, así
como la Secretaría de Educación Pública, mismas que Estrategia de Educación
Ambiental 235 deben elevar el nivel de importancia institucional de la EAS y
trabajar en un marco de fortalecimiento intersecretarial en constante diálogo
con los distintos sectores.
6.
La armonización y regulación jurídica nacional, sin dejar de considerar las
especificidades fronterizas, juegan un papel determinante para la consecución
de los objetivos de vinculación interinstitucional e intersectorial, así como
en el desarrollo y consolidación del campo de la EAS.
7.
Las políticas de financiamiento deben darse, tanto en el marco de voluntades
asociadas entre los diferentes actores sociales, como en las líneas
establecidas por las políticas públicas en materia de EAS, ya sean las fuentes
de recursos nacionales o internacionales.
8.
La instrumentación de la Estrategia de educación ambiental para la
sustentabilidad en México se considera un continuo en permanente revisión, con
periodos de tres años para su evaluación y seguimiento, considerando para ello
una amplia participación social.
Manténgase sintonizado sin parar la moda gracias a nuestros paquetes ofrecen crédito entre los individuos día y la noche disponible a una tasa de interés del dos por ciento de los 191 euros solamente en contacto con el Sr. DUROU mail: duroumarcel@gmail.com para beneficiar
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